contigo me quedo sin aire
contigo me nacen alas y vuelo en el aire
contigo
calma contigo.
El desencanto encendido.
este centímetro en mi nariz
huele a pensamiento abandonado
soy yo el que fue olvidado
es hierro oxidado.
me interrumpo una vez más
de ser hermosa y esbelta ante ustedes
los hombres
porque no vale más que yo nuestra Amistad
porque yo soy mas valiosa
porque una vez que nos vimos los cueros
No nos curamos de amor
seguimos y queremos seguir
y asi el desencanto se enciende.
suena a conjuro todo hecho por mi
lose
es posible que si tanto lo pense y lo senti y lo soñé
lo dibujé
y así de feo quedó pensando en todo alrededor
que si sí o sí que no
y qué soñaron ustedes?
Yo no soñé nada que no haya soñado otro
solo por las noches
o a la siesta.
poemas
con las manos la mesada, deliciosa pegajosa
el trapo húmedo resacoso las ganas puestas
una mesa con las manos mojadas
nada para comer nada
donde están mis manos Que no están quemadas
un paso sobre tus pisos con las garras puestas
agua con cuerpo
las puertas las ganas
y si la escalera se mueve da un paso y caigo?
me perdí en la basura
y si la escoba me junta con el polvo?
atada con moño redondita como Tesoro
y si me deporta la esponja?
deshecha en el carruaje impermeable de tu mano.
hay sopa
plantas a contraluz
música circense detrás
el roquefort se deshace en
el caldo
Cadalso mi amor
“todo” esta tibio
y fresco, es decir
el cuarto respira friacho
las luces iluminan calidamente:
rezar, trabajar, comer.
compré un hilo fluorescente
así invitarte a coser la remera que querés
me detuve en aquella mercería nuevamente
quise mirar de cerca la estantería -se movieron- para que pueda ver
un rancherío de gente siempre la misma te recibe
así me enteré
Que la señora detrás del mostrador tuvo un cotillón donde yo trabajo
en el revoltijo me topé con el hada de adentro del cristal
con apenas dos pilas Stella Maris me enseñó algo bonito
se le llenó el cuerpo de luz
no la pude comprar
si yo tuviera una mercería
traería las mismas baratijas
y vos serías el hada
que me visite
subiendo el precio a mi vida
tanto más rica
siempre Que estas
un gato golpea suave
la puerta ventana
yo un leve
inestable
tembleque
cuando apoya su patita en mí
pierna extendida y de lado
colgando del lateral
externo del pie izquierdo
pues mi torso está
ladeado sobre
el sillón y el cuaderno
Que está en la mesa y escribo.
Justo recién me tiró la cabeza y lamió
una de las yemas de la mano izquierda,
ya me posee
ya está sentado.
abriga
abigarra usté
me sacó de acá
para jamás regresar
café catre castaño claro
los huesos respiran ahora
cocino remo por el piso
corro corro corro
no existe esta mañana
existe nuestro deseo
musgo y carbón carbón carbón
carbón
ya se corrió a un lado usté de mi
en su cueva estoy, con su mano
Que usté
acerca y enternece mi existencia
onduleo, amor, y duermo con vos
una sensación
de entrar en una panadería y
Que sea tiempo de merendar.